Love story
Duración: 130 minutos
Director: Luca Guadagnino
Guión: James Ivory,
Luca Guadagnino (Novela: André Aciman)
Reparto: Timothée
Chalamet, Armie Hammer, Michael
Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel, Victoire Du
Bois
Elio tiene 17 años y pasa el
verano en una gran casa de campo que sus padres tienen en el norte de Italia.
Son cultos, sofisticados, políglotas, ricos y liberales. El padre de Elio es
profesor y arqueólogo, y cada verano recibe en su casa a un alumno que le ayuda
en su trabajo. En esta ocasión se trata del Oliver, un americano guapísimo, con
un punto de arrogancia, que se instala en el cuarto de Elio, el cual se
traslada a la habitación vecina. Alrededor de la familia van y vienen amigos
jóvenes con los que Elio se entretiene a ratos, y alguna chica con la que tiene
sus primeros escarceos sexuales, cuando no está entregado a la lectura o a escribir música.
El enamoramiento de Elio por Oliver
va creciendo lentamente, y este es uno
de los aciertos de la película, un ritmo de acontecimientos adaptado a la
cadencia con la que crece su deseo, desde la curiosidad, la admiración y los
celos hasta la atracción física y la expresión del amor. Mientras tanto poco se
nos muestra de Oliver; hay una buena dosificación de lo que sabemos de él.
Baila, liga, se expresa con espontaneidad y soltura; es un seductor total. La
tensión emocional y erótica entre ellos es sutil, pero creciente. Los futuros
amantes están, además, envueltos en la sensualidad del verano y de la materia
de estudio del profesor y su alumno. Hay cuerpos desnudos esculpidos por los
clásicos que surgen de las aguas, y jugosos melocotones en los que hundir un
dedo (y alguna cosa más); hay chorreantes huevos pasados por agua, y un mundo cálido
y relajado que se derrama en torno a sus pulsiones íntimas, a sus miradas, a
sus vagas insinuaciones. Hasta que estalla la historia de amor, y la alegría de
los amantes, libres ya para mostrarse al otro, se enmarca en la belleza de
Italia, fotografiada sin obviedades, pero reconocible y magnífica. Y luego el
sufrimiento. El terrible sufrimiento iniciático, para el que no hay consuelo,
ni aunque uno tenga un padre como el de Elio. El largo plano final, que nos
muestra a un Elio silencioso, transformado físicamente, asumiendo su duelo ante
una chimenea encendida, lejos ya del verano, resume la película con una fuerza
visual extraordinaria y es de una belleza conmovedora.
La narración nos ha planteado una sencilla historia de amor juvenil, y hasta que estamos en la calle no aparece una última reflexión: En estos tiempos de acerbas críticas a los hombres fuertes y poderosos que seducen a mujeres vulnerables, ¿cómo encaja la historia de un menor de edad fascinado por un adulto que despliega ante él todo el poder de su belleza, su habilidad social y su altura intelectual y le acaba conquistando?
Como me hubiera gustado ver tantas cosas, tan sutiles, tan subliminales, tan emocionantes.....sólo vi impostura y tedio y no me creo casi nada.
ResponderEliminar10 minutos de Brokeback Mountain tenían más garra y credibilidad que los 140 de esta....en fin....