jueves, 29 de mayo de 2014

Cine: Nueva vida en Nueva York


Missing Woody Allen
Título original:  Casse-tête chinois (Chinese Puzzle)
Duración: 117 minutos
Director: Cédric Klapisch
Guión: Cédric Klapischy
A veces en el cine se instala de pronto en tu mente una idea-filtro, una  percepción que te lleva a ver el resto de la película a través de una frase que se ha dibujado entre tú y la pantalla.  En este caso mi filtro decía “qué buen trabajo habría hecho aquí Woody Allen”, y no me abandonó hasta el final. A esta historia le faltan cosas y le sobran otras y, sobre todo, le falta decantarse por un estilo. Podría ser una comedia gamberra y divertida si no fuera por su toque de telefilm sentimental; podría ser una reflexión sobre la complejidad de la vida familiar de no ser por lo disparatado de lo que se cuenta; podría ser una comedia burguesa sobre franceses de esos que se lían con la canguro si no fuera porque pretende ser un retrato costumbrista de un Nueva York diferente. Echas de menos a Woody Allen cuando una escena que podría ser descarada acaba siendo pretenciosamente culta; le echas de menos cuando aparecen Hegel y Schopenhauer a charlar con el protagonista en diálogos sin la menor gracia y le echas de menos cuando la película, en lugar de arrancar con personajes que empiezan a expresarse por sí mismos desde el minuto uno, empieza con un laberinto de puntos de vista innecesarios. Sobran planos argumentales y falta ingenio en los diálogos; sobra Hegel, y la novela que escribe el protagonista, y no aporta nada el editor de la misma. Falta foco. Falta decidirse por contar una historia, en lugar de tres, y hacerlo con más agilidad, ritmo e ingenio  y con menos pretensiones. Además de a Woody Allen, eché de menos la frescura de la historia de estos mismos personajes en L´Auberge espagnol. No han envejecido bien.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Cine: Grace de Mónaco


Ni Grace ni Nicole se merecen esto

Título original: Grace of Monaco
Duración: 103 minutos
Director: Olivier Dahan
Guión: Arash Amel
Actores: Nicole Kidman, Tim Roth, Milo Ventimiglia, Derek Jacobi
Da pereza entrar en los detalles de cómo esta película convierte la historia de Grace Kelly en una sucesión de escenas inverosímiles hiladas por un guión estúpido y repleto de chapuzas. Ni el estilismo ni el oficio con que se pertrecha Nicole Kidman son suficientes para remontar una historia ridícula, pretenciosa y ausente de toda emoción.

sábado, 10 de mayo de 2014

Cine: Crónicas diplomáticas (Quai d´Orsay)



Una sátira del poder tan cómica como real
Título original: Quai d'Orsay
Duración: 113 minutos
Director: Bertrand Tavernier
Guión: Christophe Blain, Abel Lanzac
En esta sátira todo es tan cómico como real, porque es real que el poder produce gente como Alexandre Taillard, el ministro de Asuntos Exteriores que nos presenta Tavernier; es del todo real que el poder –no solo el político, sino el de cualquier tipo- convierte a personas que un día fueron valiosas en personajes superficiales, fatuos, arbitrarios, inseguros e inconstantes; gente que vive en el torbellino del corto plazo y que trata a sus equipos como Taillard trata al redactor de sus discursos; gente con objetivos cambiantes, con manías, con obsesiones; gente desconectada de su realidad más inmediata; gente con padres a los que hay que complacer que entorpecen el trabajo del equipo y amigos a los que consultan en el momento más inoportuno;  gente que no respeta, que interrumpe y se contradice y no escucha y se carga la productividad de su equipo con su falta de empatía, sus caprichos, sus cambios de humor y su megalomanía. De hecho el poder, o más bien los poderosos, puede producir personajes mucho peores que el ministro de esta película, que no llega a ser manipulador, ni cruel, ni falso, ni deshonesto, y que en el fondo es tratado por Tavernier con cierto cariño, al igual que el resto de los personajes, que podrían ser más aduladores, intrigantes o inútiles sin que por ello la película cayera en el esperpento. El poder también produce gente como el director de gabinete de Taillard, una joya de personaje, el fontanero que está de vuelta de todo y logra distanciarse del histerismo egocéntrico del poderoso para arreglar las cosas y que, aunque se duerme en las reuniones, es el único hombre de acción del equipo. El poder produce secretarias, tecnócratas, asesores, burocracia y situaciones como las que que aparecen aquí, y es esta conexión con la realidad, plasmada en un estupendo guión, lo que hace a esta película tan divertida, a pesar de ser un poco larga y algo repetitiva. Taillard, un trasunto de Dominique de Villepin, es un poderoso que a pesar de todo resulta amable, porque toda la película lo es. Y está muy bien que lo sea. Al fin y al cabo, no todos los poderosos son iguales.

viernes, 9 de mayo de 2014

Cine: Guillaume y los chicos, ¡a la mesa!


Historia de un nena
Título original: Les garçons et Guillaume, à table!
Duración: 85 minutos
Director: Guillaume Gallienne
Guión: Guillaume Gallienne
Actores: Guillaume Gallienne, André Marcon, Françoise Fabian
Si no supiéramos que la película es autobiográfica pensaríamos que se trata de un atractivo disparate con –como dice Atticus- toques almodovarianos. Al conocer desde el principio que se trata de la historia del director es inevitable pensar en cómo sería la experiencia real del autor de la película, dado que parece completamente imposible que alguien tan decidida y resueltamente nena –definición acertadísima de Fernando Salinas- sea otra cosa que homosexual. Dicho esto, la película es divertidísima. Como actor, Guillaume Gallienne encarna dos personajes fascinantes:  Guillaume y su madre. La madre pulula por sus maravillosas casas con cara de mala leche y sin emocionarse jamás. Es perfecto cómo grita a la criada española “comemos en quince minutos”, como si fuera el comandante de un jumbo a punto de despegar hacia el Atlántico, o cómo se crispa con unos invitados que no deciden qué tomar. La distancia que mantiene en todo momento con su hijo y con el problema de éste nos la muestra hasta el fin de la película como a una gran burguesa que de tener corazón lo escondió alguna vez en un sitio que ha olvidado. Guillaume la admira e imita; se funde con ella y de paso se divierte y sufre, sufre mucho. El pobre sufre con ingenuidad, bondad y valentía. Es un nena difícil de desanimar. Sufre y lucha por entender quién es y va dando saltos por su tragicómica historia, de internado en internado, de psicoanalista en psicoanalista, acompañado por una música espléndida y por magníficos personajes secundarios en un viaje en busca de su identidad que discurre por escenarios visualmente cuidadísimos, desde la discoteca de maricas a las espléndidas casas de maman; desde la feria de La Línea de la Concepción –la ciudad plus laide d´Espagne-  a un balneario bávaro. La historia es tierna, divertida y sabia. Me ha encantado.

domingo, 4 de mayo de 2014

Cine: Moliére en bicicleta



Revisión del Misántropo

Título original: Alceste en bicyclette
Duración: 104 minutos
Director: Philippe Le Guay
Guión: Philip Le Guay
Actores: Fabrice Luchini y Ambert Wilson
Serge Tanneur es un misántropo, un actor desengañado de su profesión que se ha refugiado en la isla de Ré para vivir alejado de las envidias y las traiciones del mundo del espectáculo. Su colega Gauthier Valence, un guaperas que triunfa en la televisión, le visita en su retiro para convencerle de que vuelva a actuar en el montaje que está preparando de El Misántropo de Moliére. Tanneur se resiste, pero acepta dedicar unos días a probar con ensayos. A partir de ahí asistimos a un doble duelo: el que enfrenta a los personajes de Moliére –el misántropo Alceste y el optimista Filinto- y el que disputan los dos amigos, que sucesivamente compiten, discuten, se chinchan, se reconcilian y se engañan. Luchini y Ambert Wilson están espléndidos. Philippe Le Guay les ha colocado en el centro de una historia bonita, con buen ritmo, humor y hondura, que trae a la actualidad el conflicto de Moliére y su Misántropo.