Una visión necesaria
Anagrama
152 pags.
Tras la experiencia propia de creer y descreer que nos
narra Carrère en El Reino, me ha apetecido volver a este libro de Marina, en el
que se introduce en el sentido que puede tener hoy ser cristiano para alguien
que no se siente próximo a la iglesia católica. He aquí los párrafos que me han
parecido más interesantes:
“Hay un trágico esfuerzo por complicar hasta hacerla
intransitable la sencilla y calida noción de fe que aparece en el Evangelio”.
“Creo que el
cristianismo está a punto de cambiar de modelo, aunque tal vez sean las ganas
que tengo lo que me hace ser optimista. El modelo “gnóstico”, centrado en el credo
proclamado, en las construcciones dogmáticas, en la fe como conocimiento, sería
sustituido por el modelo “moral”, centrado en el agapé, en la imitación de Jesús, en la construcción del Reino de
Dios”.
“Jesús proporciona una interpretación de Dios, de la
dimensión divina de la realidad, que encaja perfectamente con mi modo de
entender el mundo, y que puedo por lo tanto acoger. Dice que al Absoluto no se
le puede conocer, pero que se le puede realizar. Esto me resulta iluminador.
Dios es acción creadora (bondadosa) y quien realiza esa creación participa de
Dios, colabora con Él, se convierte en su providencia y ayuda a la implantación
del Reino”.
“El proceso que condujo de pensar a Dios como el poder
sumo, a pensarlo como el ser perfecto y, más allá aún, como la suma bondad, me
parece el origen de la humanización de nuestra especie”.
“Si la inteligencia desplegara su actividad creadora,
su brillante capacidad de bondad, enérgica y bella, fértil en existencia, ¿qué
aparecería? Pues aparecería lo que en términos evangélicos se llama el Reino de
Dios”.
“El
cristianismo (…) sucumbió, como gran parte de las religiones, a dos
poderosísimas y casi inevitables tentaciones: la ideología de la verdad
absoluta y la ideología del poder al servicio de la verdad absoluta, y comprobó
las perversas consecuencias que tal claudicación traía”.
“Nuestra
naturaleza está llena de designios (…)
Estamos, por ejemplo, diseñados para aspirar a la felicidad. (…) Posiblemente,
el deseo de encontrar sentido a la realidad –como decía Frankl- sea una de esas
grandes necesidades” (…) No sé de dónde proceden esos grandes designios,
diseños o proyectos. Los teólogos se han apresurado a decir que son obra de
Dios. (…) No llego a tanto. Los psiconeurólogos nos dicen que son mecanismos
configurados a lo largo de la evolución. Tampoco me aclara casi nada. Solo sé
que constituyen modos humanos de vivir la realidad. (…) Nos apropiamos de la
realidad poéticamente, científicamente, religiosamente. En todos los casos
damos una interpretación a los datos que nos llegan. (…) En ausencia de lo que,
según el sentido común, llamamos religión, la humanidad no podría haber salido
de su condición pre o protohumana. (…) Es cierto que las religiones han sido
instrumentalizadas políticamente desde el poder, pero creo que su función
moralizadora ha supuesto una benéfica limitación de la arbitraria acción del
poderoso… hasta que ellas se convirtieron en poderosas.
“La tesis que defiendo es fácil de enunciar, pero
descontentará a todo el mundo, a los científicos y a los religiosos. Sostengo
que hay dos niveles de verdad. Unas verdades son universales y otras verdades
son privadas”.
"Creer significa apoyarse en alguien que
merece un crédito absoluto y otorga confianza. (...) No es un acto
racional -no hace falta confiar en la tabla de multiplicar, sino en que
las cosas que podrían suceder de otra manera- pero puede ser un acto
inteligente".
“Una persona religiosa puede acomodar su vida a sus
creencias, puede explicarlas, pero en lo que afecta a los demás tiene que
someterse a los dos grandes niveles de verdades universales: la verdad
científica y la verdad ética”."El amor que usted pueda sentir por una persona es, sin duda, una experiencia privada, y acaso sea lo más valioso de su vida".
Solo aporto un comentario propio. Este último párrafo
debería también leerse así:
“Una persona no
religiosa puede acomodar su vida a sus creencias, puede explicarlas, pero en lo
que afecta a los demás tiene que someterse a los dos grandes niveles de
verdades universales: la verdad científica y la verdad ética”. Y aquí enlazo
con el agnóstico Carrère: “Se podría
decir que el ateísmo es una creencia sobre algo de lo no podemos saber nada, la
simetría exacta de la creencia, y por tanto también una forma de fe”.
He aquí, como conclusión, tres buenos mandamientos:1) Buscar con “inteligencia creadora”
mis verdades privadas y vivir conforme a ellas. 2) Respetar las verdades privadas de
todo el mundo. 3) Saber distinguir y respetar las verdades universales.
No lo veo tan complicado.
EL LABERINTO SENTIMENTAL, es mi libro de cabecera como el de tantos neuróticos.... de alguna manera MARINA me cambio la vida con ese libro.
ResponderEliminarEL LABERINTO SENTIMENTAL, es mi libro de cabecera como el de tantos neuróticos.... de alguna manera MARINA me cambio la vida con ese libro.
ResponderEliminarA mí me gustó e influyó mucho "Elogio y refutación del ingenio" y he oído que el último que tiene sobre educación es muy bueno.
ResponderEliminarDejo aquí también, por cierto, el link a la entrevista con la autora de este blog. Gracias:
http://www.elcineenquevivimos.es/index.php?otro=41