sábado, 13 de febrero de 2016

Teatro. Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano.


Dirección: Mario Gas
Autores: Mario Gas y Alberto Iglesias
Reparto:José María Pou, Carles Canut, Amparo Pamplona, Pep Molina, Alberto Iglesias, Ramón Pujol, Guillem Motos
Sala: Naves del Matadero

Un caso de actualidad

     Mario Gas ha escrito un texto muy actual, con el cual consigue que hablar de Sócrates y sus conciudadanos del 399 AC tenga, hoy y aquí, pleno sentido. Su obra llega con nitidez a una sala atiborrada de un público harto de la suciedad de la política y más que predispuesto a aplaudir un discurso de regeneración ética. Los méritos del autor y los intérpretes hacen el resto.
     El filósofo es acusado y condenado a muerte por "despreciar a los dioses y corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios de la democracia”. Debe defenderse, y, más tarde, afrontar su muerte. Mario Gas, inspirándose en textos de Platón, construye un personaje creíble y cercano: Sócrates es un ciudadano incorruptible, que pasa de ser admirado por su sabiduría y su humildad a ser eliminado por el establishment; un sabio tan molesto como molesta puede ser la defensa de la verdad; un hombre que sufre, entre perplejo y cabreado, la traición de sus amigos  y un marido cuya mujer se queja de que es demasiado bueno, mientras acarrea la cesta de la compra. 
    Nadie conoce a ciencia cierta si dijo o no la frase “Solo sé que no sé nada”, y poco importa. La obra es asequible, pero no por ello pierde legitimidad. La estupenda interpretación de Josep Maria Pou y el texto de Mario Gas, inspirado en escritos de Platón, logran que veamos a Sócrates como a un sabio al alcance de cualquiera, cuyo discurso tiene bastante que ver con las noticias que acabamos de oír en la radio.




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