lunes, 30 de mayo de 2016

Biografía: Verano, de John Coetzee


Extraño personaje

Mondadori
255 pags.

     Este es el tercero de los libros con los que el nobel sudafricano John Coetzee aborda su autobiografía, y en él se centra en su época de treintañero, cuando aún no podía considerársele un escritor. Para construir su historia, ha imaginado a un biógrafo que entrevista a personas que se cruzaron con él en aquel periodo de su vida: dos mujeres con las que tuvo aventuras; su prima Margot, un compañero de trabajo y una bailarina brasileña que rechazaba sus cartas de amor. Son ellos quienes hablan de Coetzee. Así pues, el autor no nos da su autorretrato, sino que se va pintando a sí mismo tal como cree que le recuerdan los demás, o como quiere que el lector piense que podrían recordarle. Lo paradójico es que de este lío, que hace pensar en un Coetzee con cierto sentido del humor,  lo que emerge es el retrato de un hombre más bien sombrío, producto de una sociedad marcada por la crueldad del apartheid, heredera del calvinismo y de la dureza de clima y paisaje; un hombre retraído y hosco, que se siente culpable de ser blanco y que en su treintena vive con su padre en una casucha, mientras hace chapuzas e intenta sin éxito encauzar su vida de escritor.
      Las entrevistas entre el biógrafo y sus interlocutores, que son deslenguados y protestones, dan agilidad, humor y diversidad de argumentos al libro. Al situarse en cada uno de los puntos de vista que se suceden, Coetzee se autocritica y se ríe de sí mismo, pero no sabemos en qué medida se distancia de aquel joven que fue, porque en ningún momento aparece su voz. ¿Está Coetzee de acuerdo con las mujeres que pensaban que era un ser sexualmente más bien incompleto? ¿Qué piensa de su relación con su padre, que solo conocemos a través de lo que veían en ella otros observadores? ¿Es su visión política de Sudáfrica tan utópica y extravagante como nos la retrata su compañera y amante Sophie? Gran parte del suspense del libro radica en la sucesión de incógnitas como estas. Hay una intriga latente que flota en cada página. ¿Por qué ha elegido Coetzee a estos observadores? ¿Qué alternativas tenía? ¿Qué busca dándoles voz? ¿Está de acuerdo con ellos? Cualesquiera que sean las respuestas, aquí se nos muestra a la sociedad sudafricana en un momento decisivo de su historia, a través de un personaje interesante, que funciona mediante un artilugio literario construido con enorme talento y capaz de mantener el interés del lector del principio al fin.

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