La literatura salva
Autor: Mario Vargas Llosa
Director: Joan Ollé
Reparto: Mario Vargas Llosa, Aitana
Sánchez-Gijón, Pedro Casablanc, Marta Poveda, Óscar de la Fuente
El teatro Español ha sido puesto
patas arriba para crear la sensación de que el público se sienta alrededor de
una lumbre a escuchar cuentos. La capacidad salvadora de la ficción y la relación
entre el escritor y sus criaturas es el argumento central de esta obra de Mario
Vargas Llosa, en la que recrea la idea del Decameron de Bocaccio de reunir a
varios personajes a contar historias en una villa cercana a Florencia para huir
de la peste que asoló la ciudad en 1348.
Vargas Llosa encarna al duque de
Ugolino, cuya historia, junto a de la condesa de la Santa Croce (Aitana Sánchez
Gijón), es la columna vertebral de esta
sucesión de relatos que son representados por quienes los narran: Además del
duque y la condesa, el propio Bocaccio (estupendo Pedro Casablanc) y dos de los
personajes de su Decameron, Pánfilo y Filomena, maravillosamente interpretados
por Oscar de la Fuente y Marta Poveda. Vargas Llosa no pretende ser actor, pero
su mera presencia en la obra, con su aire de sacerdote inca de cabeza blanca y
su dicción, que no aspira a otra cosa que a ser correcta, nos recuerda que preside el escenario un premio Nobel y que el
tema central de la obra es la literatura y su poder para conjurar los
maleficios de la vida.
Tras un arranque un poco frío y
en exceso solemne, la acción va creciendo en dinamismo y cercanía. Los relatos
que van desgranando los personajes son historias de amor descarnadas,
violentas, divertidas y transgresoras en un mundo cercano ya al Renacimiento,
y van ganando interés. En la segunda parte
la conexión entre el público y el escenario ha subido, junto al
humor y la tensión dramática. El final
redondea a la perfección la idea central de la obra y pone el foco en el autor
y su poder de conjurar el mal a través de la fantasía.
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