Alfaguara
160 pags.
Deseando leer más del último nobel
Se ha dicho
de Modiano que todos sus libros son un mismo libro y “Los bulevares
periféricos”, publicado en 1972 y encuadrado en lo que se llama la “Trilogía de
la ocupación” proporciona algunas de las claves de esa gran obra que le ha
merecido el nobel, por las referencias que contiene a la búsqueda del padre, a la persecución de los judíos en la ocupación nazi y al colaboracionismo.
En un pueblo de veraneo cercano al París ocupado por los nazis, un
hombre busca el reencuentro con su padre. No le unen a él buenos recuerdos,
sino todo lo contrario, a pesar de lo cual se obstina en inflitrarse en su
ambiente para acercarse a él. El padre vive entre personajes de ínfima calaña
que se aprovechan de las circunstancias de la ocupación. Modiano no nos explica
a qué se dedican, ni observamos una trama clara en sus manejos. Vivimos la
atmósfera degradante del colaboracionismo a través de sus gestos, sus
conversaciones banales, su promiscuidad sexual, sus comilonas, sus borracheras,
sus fanfarronadas, su crueldad. El narrador de Modiano se expresa en primera persona y lo hace con crudeza. Cada gesto que nos pinta, cada diálogo, cada reflexión aporta inquietud a la atmósfera que va creando. Es un hombre que busca a un padre, que en principio detesta, en un mundo sucio y turbio.
A medida que
observamos la repugnancia que experimenta el narrador en ese acercamiento a su padre, el miedo va tomando
protagonismo en la trama. El miedo y su otra cara, la valentía. También va
creciendo una especie muy rara de amor. Valentía y amor acaban confluyendo en un
desenlace que no parece compensar al narrador de todo el asco que ha
experimentado hasta entonces, pero que da un cierto sentido a su gesta.
Modiano
nos ha conducido del asco al amor hasta un final triste. Tiene un estilo personalísimo, intenso, cargado de intencionalidad. Habrá que leer más de ese único libro que según dicen es la obra de Modiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario