jueves, 16 de octubre de 2014

Cine. Antes del frío invierno



A vueltas con el encanto de la burguesía francesa
Título original: Avant l´hiver
Duración: 103  minutos
Director: Philip Claudel
Guión: Philip Claudel


Sería injusto titular este comentario “Neurocirujano descerebrado por misteriosos acontecimientos”, pero tampoco estaría del todo mal. Paul (Auteil) es un médico serio y acomodado, y también “un niño mimado lleno de arrugas, con el corazón seco”, en palabras de su íntimo amigo. Su vida matrimonial y social se pone patas arriba con la aparición de una joven marroquí, misteriosa y contradictoria, que dice haber sido operada por él.  Hasta entonces, Paul vivía con la sensibilidad bajo mínimos, inmerso en su trabajo y en sus pequeñas rutinas de burgués otoñal, casado con Lucie (Scott Thomas), una mujer guapa, de una elegancia y bondad sin complicaciones. El matrimonio mantiene una relación  madura y confortable en una casa preciosa rodeada de un bosque, lo cual no es accesorio, porque la belleza de esa casa, junto a la elegancia que despliega en cada momento Kristin Scott Thomas en el papel de Lucie, contribuyen en buena medida a que el resultado de esta película sea agradable. 

La aparición de la misteriosa chica marroquí desactiva las costumbres apacibles de Paul y pone en marcha a un hombre distinto,  que empieza a buscar en su nueva relación algo que no es sexo, ni pasión, ni un amor romántico, tal vez porque lo que le ocurre es sencillamente que se deja arrastrar por las ganas de sentir algo, cualquier cosa, puede que compasión, o alguna respuesta al sentido de su propia vida, en cualquier caso algo que  no es nada alegre ni sensual ni creativo como el amor. Paul sigue siendo un hombre serio y más bien triste, y además se ha convertido en un pelele, enganchado a una aventura que no sabe de qué va ni a dónde le lleva. Ese viaje que emprende a trompicones en pos de algo que no sabe lo que es está lleno de traiciones y abandonos, como la mayoría de los viajes hacia el adulterio, de forma que, bajo las sutiles particularidades de la extraña atracción que siente Paul por la chica, hay una trama clásica de triángulo amoroso. El problema es que nada de ello acaba de resultar muy interesante, tal vez por lo artificial del personaje de la chica, o tal vez por lo errático del comportamiento de Paul, que pasa de la melancolía a la ira y de ahí a la meditación existencial y al afán redentor. Un lío.

La historia se resuelve en un final esperado a medias, con ingredientes innecesarios que rompen con la apuesta por el thriller psicológico que hasta entonces proponía la película. En el camino hemos asistido a algunas tramas secundarias, a veces más interesantes que la central, la mayoría protagonizadas por Lucie: su vida en la soledad de su jardín mientras su marido se aleja, la historia que comparte con el íntimo amigo de Paul o su relación con su hijo y su nuera. Todo está narrado en un bonito lenguaje cinematográfico, sutil y sugerido más que expreso. Todo excepto algunos trazos del final.

Ignacio me hace ver que Philippe Claudel, además de director y guionista, es autor de novelas como Almas grises, La nieta del señor Linh o El informe Brodeck. Las dos primeras las conozco y me gustaron mucho. ¡¡Gracias, Ignacio!!




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