Directora: Isabel Coixet
Guión: Isabel Coixet (Novela: Penelope Fitzgerald)
Reparto: Emily Mortimer, Patricia Clarkson, Bill Nighy, Honor Kneafsey, James Lance, Harvey Bennett, Michael Fitzgerald, Jorge Suquet, Hunter Tremayne, Frances Barber, Gary Piquer, Lucy Tillett, Nigel O'Neill, Toby Gibson, Charlotte Vega
Sentido y sensibilidad
El
principio parecía predecir un juego de dicotomías convencional: el espíritu
emprendedor frente a la resistencia de lo establecido, la bondad del débil
amenazada por la maldad del poderoso, el
valor de alguien que quiere ser libre versus la mezquina cobardía de los
acomodados. Ese es el sentido inicial de la historia, pero la sensibilidad de su directora la lleva mucho más lejos, y Coixet y su fabuloso reparto logran un película llena de matices, sorpresas y emoción.
En
un pueblo costero de Inglaterra Mrs. Green, una joven viuda, tímida pero
decidida (espléndida Emily Mortimer) decide poner una librería, en contra de
los manejos de la gran señora de la sociedad local (Patricia Clarkson) y de su
corte de pelotilleros. El magnífico Bill Nighy interpreta a un viudo a quien la librería de Mrs. Green devuelve algo
parecido a la ilusión. Vive en su gran
casa de campo cultivando un aislamiento total y dedicado solo a la lectura. Todo
en él es contención y elegancia; nada es obvio. Con trazos finísimos el guión y
la interpretación de Nighy construyen un personaje que es al tiempo reprimido y
exuberante, expresivo y sugerente, tímido y violento. Ellos dos son el corazón de la película.
Contra viento y marea, Mrs. Green avanza en
su proyecto, con la sola ayuda de una niña sabihonda llena de encanto y de su
nuevo amigo, a quien introduce en la literatura de Bradbury y Nabokov. Lolita entra en la vida del pueblo y la librería es un sueño hecho realidad, pero
el mal no descansa, y el proyecto de Mrs. Green está amenazado. Suceden acontecimientos
dramáticos que son tratados con delicadeza y creatividad. La historia desemboca
en un final redondo, inesperado, tremendo.
Estamos ante una historia de soledades que se encuentran, de alegrías
incipientes, de tímidas segundas oportunidades; una historia con un hondo sentido moral,
en la que cada gesto es sutil, bello y emocionante. Los secundarios son de una
expresividad asombrosa y hay un cuidado exquisito en los decorados, el
vestuario, los paisajes; Coixet nos sorprende con caras que hablan a la cámara,
con destellos de humor y con una crítica social resuelta de forma nada obvia, encarnada en seres reales que convencen, no en planteamientos
rutinarios de lo políticamente correcto. Por eso enseguida la trama está muy
lejos de ese relato previsible que temíamos al principio y la película es una delicia.
Totalmente de acuerdo contigo, esta película es una delicia.
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