miércoles, 30 de agosto de 2017

Novela. El jugador, de Fiódor Dostoievski



Eneida. 230 pags.
Pasión y compasión

 

   Dostoievski escribió esta novela en 26 días, tal vez porque su propia pasión por el juego le llevó de la mano a toda velocidad hasta completar el retrato de Alekséi Ivanovich, un joven de familia noble,  tutor de los hijos de un general arruinado  que se finge rico y pasa sus vacaciones en un pueblo alemán –inspirado en Wiesbaden-, en el que el balneario y el casino son los centros de atracción. 
   Alekséi nos habla al principio del libro de su pasión por la hijastra del general. Parece ser este amor lo que más le importa en la vida. Pero es el juego, y solo el juego, lo que va a marcar el proceso de transformación que experimenta Alekséi hasta su destino final. La novela es un retrato magistral de la sociedad acomodada centroeuropea en mitad del XIX –el francés, el inglés, la aventurera, el arribista, los aristócratas, París- pero el corazón de la historia está en las páginas en las que se describe la mente del ludópata. Recuerdo especialmente las escenas en las que la vieja madre del general pasa de no saber cómo funciona la ruleta a engancharse al juego. En ellas hay humor, y ternura, y empatía, pero también la descripción sin contemplaciones del vértigo que produce una pasión como el juego y del callejón sin salida al que conduce.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario