Cine. La mula

La guerra de Juan

Título original: La mula

Duración: 100 minutos

Director: Michael Radford

Guión: Juan Eslava Galán y Anónimo (sobre la novela de Juan Eslava Galán)

Reparto: Mario Casas, María Valverde, Secun de la Rosa, Luis Callejo, Daniel Grao, Antonio Gil, Jorge Suquet, Alfonso Begara, Pepa Rus, Eduardo Velasco, Alfonso Delgado, Selu Nieto, Jesús Carroza

Veo La mula gracias a Alejandra, amiga del guionista, Juan Eslava Galán. Me cuenta que está basada en la novela que este escribió en homenaje a su padre, un hombre de campo de Jaén, en quien está inspirada. En ella se narra la historia de Juanillo, que se enrola con los nacionales porque en el fondo, como tantos, no sabe de qué lado está lo que a él le gusta y quiere. Nosotros vamos descubriéndolo al tiempo que él. Diría que lo que quiere el pobre Juanillo es que le dejen en paz. Y por lo pronto la paz, en medio del caos de la guerra, reside en una mula blanca preciosa, que quiere llevarse a la finca donde nació, cuando acabe todo. Para Juan el futuro es esa mula blanca, y también una chica, a la que le apetece poder llamar novia, porque tener novia es tener futuro e ilusión. Juan tiene sueños humildes y amigos de los buenos, se deja llevar cuando toca y se pelea con la realidad solo cuando las cosas se ponen muy feas, cuando le duele algo muy en el fondo. Lo demás le da más o menos igual; él es sencillamente un buenazo que sabe echarle salero a la vida cuando hay que ligar o hacerse con una mula blanca que le parece lo más bonito del mundo. 

La guerra es algo que ocurre mientras él hace lo que puede por vivir a su modo. Alrededor de él los paisanos de uno y otro bando hacen proclamas sin saber bien de qué hablan, y se interpelan de trinchera a trinchera preguntándose qué tienen hoy para comer. Mientras otros personajes suenan a rutina cuando dicen luchar por la libertad, el discurso que nos creemos es el de ese Juan. Su guerra es cuidar a una mula para verla algún día correr por el campo de su infancia, tener mujer e hijos, su amigo el Curri y poco más. La película es, ante todo, ese personaje, su lucha por un mundo sencillo y bueno y su perplejidad; la película es ese hombre que no entiende lo que está pasando, ese buen chico y sus ilusiones machacadas por la guerra, encarnado de maravilla por Mario Casas, con una ambientación cuidadísima como telón de fondo.