Ocasión perdida
Título original: Churchill
Duración: 110 minutos
Director: Jonathan Teplitzky
Guión: Alex von Tunzelmann
Reparto: Brian Cox, Miranda
Richardson, John Slattery, James Purefoy, Julian Wadham, Richard Durden, Ella Purnell, Danny Webb, Jonathan Aris, George Anton, Steven Cree, Angela Costello, Peter Ormond, Suki Waterhouse
La película
transcurre en los tres días anteriores al desembarco de Normandía y se centra
en la figura de Winston Churchill. Resulta aceptable porque el momento y el
personaje tienen un gran interés, pero tiene demasiados defectos. Por empezar
por el principio, la situación política y jerárquica de Churchill en relación con
los mandos militares de la operación –Eisenhower y Montgomery- no está
suficientemente explicada al principio, y esta ausencia de puesta en contexto
hace que se resienta la credibilidad de las primeras escenas, en las que vemos
a un Churchill visceral, opuesto radicalmente a la operación de desembarco y
ninguneado por el alto mando aliado. Tampoco se comprende suficientemente su
relación con su asistente, el mariscal Stubs, el cual le trata con una familiaridad
de lo más sorprendente.
Tras ese arranque algo confuso comprendemos que la cosa
va de retratar a un viejo aferrado a su ego de gran mandatario, que lucha por
mantenerse al frente de los acontecimientos mientras su depresión y su carácter
insoportable le colocan en la peor de las situaciones para comprobar que la
historia le está dejando a un lado. El guión va puliendo este retrato paso a
paso, incluyendo en él algunos rasgos sensibles que tampoco le hacen ningún
favor, por su ñoñez y su previsibilidad. La película es, además, algo
reiterativa y de una teatralidad innecesaria. Y, para terminar de enumerar sus
defectos, desperdicia la tensión temporal que podría aportar el centrarse en el
“Dia D”, de forma que en ningún momento sabemos qué está pasando en el pueblo
británico, y en qué situación exactamente están las fuerzas aliadas,
mientras Churchill va y viene rompiendo la vajilla, pegando gritos y
amargándole la vida a su mujer.
Dicho todo
esto, la película se ve con facilidad y tiene momentos interesantes, como la escena
de la conversación de Churchill con Jorge VI, en la que el rey convence a su
primer ministro de no embarcarse rumbo a Normandía y que es un mano a mano
lleno de veracidad y buen hacer por parte de los actores, o las que retratan su relación con su mujer, muy bien interpretada por Miranda Richardson.
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