martes, 14 de abril de 2015

Novela. Una investigación filosófica, de Philip Kerr



Duelo policiaco entre filósofos

Anagrama
383 pags.

Juan y Maite me recomiendan a Kerr. Como no soy lectora de novelas policiacas, tardo en seguir su consejo, y no empiezo por Violetas de Marzo, como me dicen, sino por esta intrincada historia que se publicó por vez primera en 1992. La novela está ambientada en el futuro, es decir, en lo que a final del siglo XX Kerr pensaba que sería esta década que ahora vivimos, y plantea el duelo entre un asesino en serie y una inteligentísima policía llena de cuentas pendientes con los hombres.

Tanto el criminal   como sus víctimas han sido fichados por el gobierno a través del Programa Lombroso como individuos potencialmente peligrosos por razones genéticas, y han recibido nombres en clave tales como Darwin, Kant, Spinoza o Sócrates. La novela presenta el duelo intelectual y criminal que representa el capturar al apodado Wittgenstein para la inspectora jefa Jakowicz, y la fascinación que él va produciendo en ella.  El duelo es interesante, aunque los escritos que produce el asesino según va ejecutando sus planes no siempre son fáciles de seguir y algún episodio de cariz filosófico se hace un  poco cuesta arriba.

En  el mundo futuro que describe Kerr hay programas anti crimen que dan bastante repelús, pasillos de hospital poblados de gente que se tira de su cama pidiendo dinero para pagar su curación, políticos sin escrúpulos y científicos acomodaticios. Nada es absolutamente nuevo, pero todo produce un efecto de siniestra decadencia que está muy bien pintado. Al personaje de la inspectora jefa Jakowicz le faltan matices en su odio a los hombres y en su relación con el resto de los policías de a pie, pero está bien planteada su turbulenta relación con las autoridades y, sobre todo, su duelo con el asesino.

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