domingo, 22 de marzo de 2015

Cine. Fuerza mayor



Título original: Tourist (Force majeur)
Duración: 118 minutos
Director: Ruben Östlund
Guión: Ruben Östlund

Un gran susto trastoca por completo las relaciones de una pareja sueca aparentemente feliz. Mientras Tomas y Ebba almuerzan con sus hijos en una estupenda terraza en las pistas de una estación francesa, se produce una avalancha de nieve frente a ellos. Al principio la acogen con sorpresa, pero pronto el terror les invade. Y en ese momento, mientras Ebba busca a sus hijos para protegerlos, Tomas agarra su móvil y sus guantes y se marcha tan rápidamente como le permiten sus botas de esquí.  Lo que dicen y hacen en los cuatro días siguientes resulta un tanto extraño para el observador latino. Naturalmente, ella se cabrea y, naturalmente, él se siente culpable.  Pero, en lugar de tirarse los trastos a la cabeza en cuanto se para el alud frente a ellos, van dejando que la avalancha del mal rollo se les eche encima lentamente. Ella solo se decide a increparle tras un par de copas y en presencia de sus amigos, y él solo se decide a expresarse cuando es ya un pelele histriónico destruido por la culpa.

A la película le sobran minutos y las últimas escenas en la nieve, que son más bien efectistas y no aportan gran cosa. Pero en general el suspense funciona y la sensación de desasosiego que impera en la pareja se transmite bien. El mayor problema que tiene es la dificultad de que surja la empatía con los personajes, con sus silencios y con sus dificultades para comunicarse. Por supuesto quieres matar al tonto del marido, pero no tanto por haber escapado del alud, sino por cuanto hace y dice y cuanto no hace y no dice después. Hay un amigo que resulta gracioso, en su penoso intento de verbalizar el problema para buscar salidas, y su relación con una veinteañera da algo de frescura a la sólida aridez que predomina en las relaciones humanas entre los personajes. 

 

 

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