Título original: Tourist (Force majeur)
Duración: 118 minutos
Director: Ruben Östlund
Guión: Ruben Östlund
Un gran susto trastoca por completo las relaciones de una pareja sueca aparentemente
feliz. Mientras Tomas y Ebba almuerzan con sus hijos en una estupenda terraza
en las pistas de una estación francesa, se produce una avalancha de nieve
frente a ellos. Al principio la acogen con sorpresa, pero pronto el terror les
invade. Y en ese momento, mientras Ebba busca a sus hijos para protegerlos,
Tomas agarra su móvil y sus guantes y se marcha tan rápidamente como le
permiten sus botas de esquí. Lo que
dicen y hacen en los cuatro días siguientes resulta un tanto extraño para el
observador latino. Naturalmente, ella se cabrea y, naturalmente, él se siente
culpable. Pero, en lugar de tirarse los
trastos a la cabeza en cuanto se para el alud frente a ellos, van dejando que
la avalancha del mal rollo se les eche encima lentamente. Ella solo se decide a
increparle tras un par de copas y en presencia de sus amigos, y él solo se
decide a expresarse cuando es ya un pelele histriónico destruido por la culpa.
A la película le sobran minutos y las últimas escenas en la nieve, que son
más bien efectistas y no aportan gran cosa. Pero en general el suspense
funciona y la sensación de desasosiego que impera en la pareja se transmite
bien. El mayor problema que tiene es la dificultad de que surja la empatía con
los personajes, con sus silencios y con sus dificultades para comunicarse. Por
supuesto quieres matar al tonto del marido, pero no tanto por haber escapado del
alud, sino por cuanto hace y dice y cuanto no hace y no dice después. Hay un
amigo que resulta gracioso, en su penoso intento de verbalizar el problema para
buscar salidas, y su relación con una veinteañera da algo de frescura a la
sólida aridez que predomina en las relaciones humanas entre los personajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario