lunes, 5 de enero de 2015

Novela. Así empieza lo malo, de Javier Marías



Pasar página o avivar rencores y venganzas

Alfaguara
534 pags.

Juan De Vere, el  narrador de Así empieza lo malo, es un hombre maduro, que rememora los sucesos que ocurrieron cuando, a sus veintitrés años, trabajaba como traductor y ayudante de un director de cine en declive, Eduardo Muriel. En las primeras páginas, Muriel encarga a De Vere que investigue lo que haya de turbio en el pasado de un amigo suyo, el doctor Jorge Van Vechten. Se abre así una de las intrigas de la novela. El origen de la desdicha del matrimonio que forman Muriel y su mujer, Beatriz, es otra de ellas. Lo que se ventila tanto en una como en otra es el tema del perdón y el olvido del mal. El que la novela esté ambientada en plena transición no es casual, sino que sirve para dar una connotación social y no solo íntima a la mirada de Marías a circunstancias en las que la opción es pasar página o avivar rencores y venganzas. En esa mirada de Marías es muy de agradecer que no haya juicios, sino que, al contrario, se indague y profundice en  los porqués de un ser humano para optar por una u otra forma de afrontar el mal: saber o no saber; olvidar o superar; perdonar o vengarse.  

Salvando un par de historias tangenciales en las que al autor se le va la mano con tramas y personajes de interés menor, la historia del matrimonio Muriel y la del doctor Van Vechten, espiados todos ellos por el joven De Vere hasta en sus momentos más íntimos, están espléndidamente planteadas.  Sin embargo, he sentido en cada página esa falta de sintonía con el estilo de Javier Marías que siempre he tenido. No puedo evitar que me canse, y a ratos hasta me irrite, ese narrador que se deja ir en reflexiones y desvaríos mientras la acción queda en suspenso, y me pone nerviosa esa duda continua que parece aquejarle a la hora de elegir sus descripciones, y que resuelve una y otra vez mediante la acumulación de posibilidades. Sin restarle valor literario a su estilo, que no cabe duda es muy personal, he de decir que Marías no es para mí un escritor placentero, sino tortuoso y a ratos cansino; en exceso discursivo. En esta ocasión, su estrategia narrativa, la dosificación de sus tramas y la calidad y profundidad en la construcción de personajes y escenas logra que la acción levante el vuelo siempre a tiempo, hasta lograr una novela que se lee con mucho interés.

1 comentario:

  1. Todo lo que ices sobre Marias, va a misa pero yo intuyo, sin ser un experto, que es genial. He leido casi todos sus libros y , como tu bien cuentas, me irrita, aburre a veces pero me fascina muy a menudo. Yo creo que es otra liga en la novela española actual.

    ResponderEliminar