Pasar página o avivar rencores y venganzas
Alfaguara
534 pags.
Juan
De Vere, el narrador de Así empieza lo malo, es un hombre
maduro, que rememora los sucesos que ocurrieron cuando, a sus veintitrés años, trabajaba
como traductor y ayudante de un director de cine en declive, Eduardo Muriel. En
las primeras páginas, Muriel encarga a De Vere que investigue lo que haya de
turbio en el pasado de un amigo suyo, el doctor Jorge Van Vechten. Se abre así
una de las intrigas de la novela. El origen de la desdicha del matrimonio que
forman Muriel y su mujer, Beatriz, es otra de ellas. Lo que se ventila tanto en
una como en otra es el tema del perdón y el olvido del mal. El que la novela
esté ambientada en plena transición no es casual, sino que sirve para dar una
connotación social y no solo íntima a la mirada de Marías a circunstancias en
las que la opción es pasar página o avivar rencores y venganzas. En esa mirada de
Marías es muy de agradecer que no haya juicios, sino que, al contrario, se indague
y profundice en los porqués de un ser
humano para optar por una u otra forma de afrontar el mal: saber o no saber;
olvidar o superar; perdonar o vengarse.
Salvando
un par de historias tangenciales en las que al autor se le va la mano con
tramas y personajes de interés menor, la historia del matrimonio Muriel y la del
doctor Van Vechten, espiados todos ellos por el joven De Vere hasta en sus
momentos más íntimos, están espléndidamente planteadas. Sin embargo, he sentido en cada página esa
falta de sintonía con el estilo de Javier Marías que siempre he tenido. No
puedo evitar que me canse, y a ratos hasta me irrite, ese narrador que se deja
ir en reflexiones y desvaríos mientras la acción queda en suspenso, y me pone
nerviosa esa duda continua que parece aquejarle a la hora de elegir sus
descripciones, y que resuelve una y otra vez mediante la acumulación de
posibilidades. Sin restarle valor literario a su estilo, que no cabe duda es
muy personal, he de decir que Marías no es para mí un escritor placentero, sino
tortuoso y a ratos cansino; en exceso discursivo. En esta ocasión, su estrategia
narrativa, la dosificación de sus tramas y la calidad y profundidad en la
construcción de personajes y escenas logra que la acción levante el vuelo
siempre a tiempo, hasta lograr una novela que se lee con mucho interés.
Todo lo que ices sobre Marias, va a misa pero yo intuyo, sin ser un experto, que es genial. He leido casi todos sus libros y , como tu bien cuentas, me irrita, aburre a veces pero me fascina muy a menudo. Yo creo que es otra liga en la novela española actual.
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