sábado, 19 de julio de 2014

Cine: Corazón de León


Título original:  Corazón de León
Duración: 110 minutos
Director: Marcos Carnevale
Guión: Marcos Carnevale
  
Gigantesca chorrada
“Si no te enamoras de un enano es que no das la talla”. La frase es de una amiga mía psicóloga, cuyo nombre omito por si tiene algún paciente enano, que vino al cine conmigo. A la salida se encontró con un conocido suyo, psiquiatra, que salía bastante satisfecho de la película. “¿Y la culpa, qué? ¿Qué me dices de la culpa que pretenden hacernos sentir?”, le espetó mi amiga. “Bueno, visto así…” se achantó el psiquiatra. Nos fuimos a cenar, sintiéndonos doblemente culpables, por no querer hacerlo con un enano y por haberle fastidiado la película al psiquiatra. Pero la mala conciencia se nos pasó pronto, en cuando llegó el marido de mi amiga, al cual le hicimos la reseña de la película que se había perdido, comprobando según nos crecíamos en la crítica que estábamos exentas de culpa: una comedieta chorra, montada sobre el romance de una abogada joven, altísima y tendiendo a corpulenta con un hombre diminuto, y enfocada a la idea de que cualquiera que piense que semejante historia es más bien inverosímil es un nazi o un cavernícola preso de repugnantes prejuicios. Superado el trauma de sentirnos insultadas por nuestra ausencia de empatía con la pareja protagonista, recordamos que la película tenía algún que otro momento gracioso, debido sobre todo a la secretaria parlanchina y metomentodo; un par de chispas nada más. El resto es una chorrada que si no fuera tan superficial provocaría cierto cabreo, y no solo por lo manipulador de su políticamente correcto mensaje “pro diversidad”, sino porque alguien con una discapacidad semejante podría sentirse justamente ofendido ante la frivolidad con la que se utiliza un problema como el suyo para montar un espectáculo tan tonto. Para colmo el protagonista no está interpretado por un enano de verdad, sino por un actor, Guillermo Francella, cuya imagen se ha reducido mediante efectos especiales.


1 comentario:

  1. Ay, Ay¡¡¡ que cosas me ves oraculo mio... tu prestigio de critica acaba de caer levemente

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