Título original: Under sandet (Land of
Mine)
Duración: 100 minutos
Director: Martin Zandvliet
Guión: Roland
Møller, Louis
Hofmann, Mikkel
Boe Følsgaard, Laura
Bro, Joel
Basman, Oskar
Bökelmann, Emil
Buschow, Oskar
Buschow, Leon
Seidel, Karl
Alexander Seidel, Maximilian
Beck, August
Carter
La historia de los prisioneros
alemanes que, al final de la guerra, fueron enviados a la costa occidental de
Dinamarca a desmontar campos de minas es la base para esta película que es más un
retrato humano y una reflexión sobre el odio que genera la guerra que un relato bélico. Los prisioneros son casi unos niños, que
llaman a su madre cuando una mina les arranca los brazos y lloran porque tienen
hambre, y a su mando está un sargento danés de la peor especie, de los que
gritan, pegan y humillan a sus hombres. La historia transcurre en un campo de
minas, y la posibilidad de que esos aterrorizados adolescentes vayan muriendo
uno a uno preside casi toda la acción. La playa en la que trabajan es preciosa
y mientras les vemos luchar por que la mina que están desactivando no explote tenemos tiempo de preguntarnos qué pecado están expiando y por qué se les ha despojado de toda humanidad. Los cambios
en los sentimientos del sargento hacia sus hombres a ratos resultan algo
excesivos, pero al final la película se resuelve en un tono suficientemente
sobrio. Por supuesto, sales del cine con el estómago revuelto.
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