Estupenda comedia
Título original: Elvis & Nixon
Duración: 86 minutos
Director: Liza
Johnson
Guión: Joey
Sagal, Hanala Sagal, Cary Elwes
Reparto: Michael Shannon, Kevin Spacey, Evan Peters, Ashley Benson, Alex Pettyfer.
El 21 de diciembre de 1970 Elvis Presley visitó a Richard
Nixon en la Casa Blanca, según parece para ofrecerse como agente especial en la
lucha contra la droga. Se hicieron fotos y poco más trascendió de cómo fue el
encuentro. Liza Johnson nos cuenta la historia a su manera, con mucha gracia y
bastante imaginación, en un tono de comedia sin llegar al disparate, pero sí en
los límites de la caricatura. Su Nixon (magnífico Kevin Spacey) es del todo
creíble. El héroe del Watergate no veía ninguna razón para recibir a Presley,
pero se ve forzado a hacerlo por un cúmulo de razones, lo del todo políticas. En
cuanto a Elvis, Michael Shannon es demasiado feo y siniestro para el papel; es
este el mayor fallo de la película. A pesar de ello, la historia funciona
porque todo lo que ocurre es divertido: El Elvis de los 70, cargado de joyas, en
su lucha por convertirse en “agente federal encubierto”, pululando por las
oficinas de Washington, hasta llegar al despacho oval, da mucho de sí. Y el
encuentro entre el rígido y arrogante Nixon y el liante de Elvis es una escena
perfecta.
Como en esos cuadros cuyas radiografías enseñan
intenciones del pintor distintas a lo que el lienzo muestra, discurre
paralelamente a la divertida narración de esta película un retrato del poder en
el mundo actual. Que algo tan banal como una foto de Elvis pueda torcer la
voluntad del presidente de Estados Unidos y que alguien tan ajeno a la
seguridad nacional como Elvis logre mantener con él una conversación al
respecto, solo porque se lo propone, da que pensar. En esta película, desde
luego, el poderoso no es el presidente de los Estados Unidos, sino el creador
de Graceland.
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