Acantilado. 546
pags.
Nostalgia y angustia
Hace
tiempo que quería leer este libro. Su autor es uno de los escritores de calidad
más populares del siglo XX, del que he leído novelas, biografías y relatos,
aunque también escribió ensayo, teatro, artículos, historia y poesía.
Esta obra
autobiográfica, que él titula “memorias” aunque apenas contiene detalles de su
vida personal, familiar y afectiva, es, sobre todo, un ejercicio de nostalgia.
Está escrito en condiciones extremas, cuando, en plena guerra mundial, el judío
Zweig había comenzado el éxodo geográfico y sentimental que le condujo al
suicidio, dos años más tarde de empezar a escribirlo.
Nacido en 1881 en Viena, en el seno de una
acomodada familia de burgueses judíos, Zweig fue un joven muy precoz, volcado
en el ansia de conocimiento. La música, el teatro y la poesía le apasionaron
desde su adolescencia, y al filo del cambio de siglo empezó a hacerse un nombre
en los círculos culturales de Viena. Ésa es la Europa que él añora, la anterior
a 1914; parece incluso preferirla a la del periodo de entreguerras, tan fecundo
para el arte y para su propia carrera de escritor.
Zweig es un personaje
zarandeado por las convulsiones del siglo por su condición de judío y por su
afán transnacional y europeísta; un testigo y una víctima. Un par de cosas me
han llamado la atención de su crónica: la práctica ausencia de referencias
culturales a España, a la que solo se refiere para pintar con trazo grueso lo
fundamental de la guerra del 36 –lo cual habla más de nuestro aislamiento que de
su desinterés-, y la falta de entusiasmo del autor por las vanguardias
emergentes del siglo XX. También me ha interesado su escasa definición
política, más allá del pacifismo y del rechazo a los nacionalismos y a la
guerra. Por lo demás, el libro es un testimonio personal del caldo de cultivo
en el que se cocinaron, desde finales del XIX, los horrores del siglo XX, y una
crónica de las dos grandes guerras y sus dramas asociados, narrada desde una
perspectiva cultural y personal privilegiada; una visión de sincera humanidad
en la que prevalecen la nostalgia de un mundo que se percibe como perdido para
siempre, y la angustia por la experiencia vital que atraviesa el autor al
escribirlo. Es también un retrato de los
momentos luminosos del siglo, y del estilo de vida de un joven cosmopolita,
refinado y culto que empieza a vivir al iniciarse el siglo XX, con una acusada
conciencia de los valores de su civilización. Esta conciencia marcará cada
momento de su vida en múltiples aspectos: desde sus aficiones de coleccionista de
documentos y recuerdos de los grandes mitos culturales europeos a los temas que
aborda como escritor, pasando por sus amistades, sus viajes, sus logros y sus
decepciones.
Zweig es un personaje que inspira una gran compasión. Su mujer y
él se suicidaron en Brasil en 1942, convencidos de que todo estaba perdido para
quienes luchaban contra los nazis, y de nunca nada sería ni remotamente
parecido al “mundo de ayer”. ¿Qué opinaría de la Europa de hoy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario