viernes, 26 de agosto de 2016

Memorias. El mundo de ayer Memorias de un europeo, de Stefan Zweig



Acantilado. 546 pags.
Nostalgia y angustia

   Hace tiempo que quería leer este libro. Su autor es uno de los escritores de calidad más populares del siglo XX, del que he leído novelas, biografías y relatos, aunque también escribió ensayo, teatro, artículos, historia y poesía. 
   Esta obra autobiográfica, que él titula “memorias” aunque apenas contiene detalles de su vida personal, familiar y afectiva, es, sobre todo, un ejercicio de nostalgia. Está escrito en condiciones extremas, cuando, en plena guerra mundial, el judío Zweig había comenzado el éxodo geográfico y sentimental que le condujo al suicidio, dos años más tarde de empezar a escribirlo.      
   Nacido en 1881 en Viena, en el seno de una acomodada familia de burgueses judíos, Zweig fue un joven muy precoz, volcado en el ansia de conocimiento. La música, el teatro y la poesía le apasionaron desde su adolescencia, y al filo del cambio de siglo empezó a hacerse un nombre en los círculos culturales de Viena. Ésa es la Europa que él añora, la anterior a 1914; parece incluso preferirla a la del periodo de entreguerras, tan fecundo para el arte y para su propia carrera de escritor. 
   Zweig es un personaje zarandeado por las convulsiones del siglo por su condición de judío y por su afán transnacional y europeísta; un testigo y una víctima. Un par de cosas me han llamado la atención de su crónica: la práctica ausencia de referencias culturales a España, a la que solo se refiere para pintar con trazo grueso lo fundamental de la guerra del 36 –lo cual habla más de nuestro aislamiento que de su desinterés-, y la falta de entusiasmo del autor por las vanguardias emergentes del siglo XX. También me ha interesado su escasa definición política, más allá del pacifismo y del rechazo a los nacionalismos y a la guerra. Por lo demás, el libro es un testimonio personal del caldo de cultivo en el que se cocinaron, desde finales del XIX, los horrores del siglo XX, y una crónica de las dos grandes guerras y sus dramas asociados, narrada desde una perspectiva cultural y personal privilegiada; una visión de sincera humanidad en la que prevalecen la nostalgia de un mundo que se percibe como perdido para siempre, y la angustia por la experiencia vital que atraviesa el autor al escribirlo.  Es también un retrato de los momentos luminosos del siglo, y del estilo de vida de un joven cosmopolita, refinado y culto que empieza a vivir al iniciarse el siglo XX, con una acusada conciencia de los valores de su civilización. Esta conciencia marcará cada momento de su vida en múltiples aspectos: desde sus aficiones de coleccionista de documentos y recuerdos de los grandes mitos culturales europeos a los temas que aborda como escritor, pasando por sus amistades, sus viajes, sus logros y sus decepciones.
    Zweig es un personaje que inspira una gran compasión. Su mujer y él se suicidaron en Brasil en 1942, convencidos de que todo estaba perdido para quienes luchaban contra los nazis, y de nunca nada sería ni remotamente parecido al “mundo de ayer”. ¿Qué opinaría de la Europa de hoy?

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