Se vende piso sombrío
Siruela
92 pags.
Tanizaki escribió este libro en 1933 y hoy
es un clásico que nos acerca al misterio de Japón, en este caso a través de las
implicaciones del gusto por la sombra, como opuesto al culto a la luz que
vivimos en Occidente. Aquí los vendedores de pisos conocen la magia que rodea
al adjetivo luminoso y los psiquiatras recomiendan abrir las persianas para que
entre el sol en el cuarto del deprimido; allí la sombra tiene un valor estético
que Tanizaki traduce en su gusto por cosas como las lacas, el vestuario del
teatro No, las velas, los misteriosos cubículos de sus viviendas, la tinta
china, los papeles opacos o los retretes de madera encerada. Coincido con él en
que el exceso de luz eléctrica puede destruir la noche más prometedora; comprendo la asociación entre luz y chillido, y entre sombra y silencio, y por tanto entiendo el maridaje entre paz y penumbra; cada
verano practico lo mejor que puedo el sabio arte andaluz de ensombrecer las casa para
huir del calor, y reconozco el placer de entrar en el frescor de un cuarto en
penumbra un día de agosto. Pero qué alegría el sol de poniente llegando hasta el
fondo de una estancia una tarde de invierno, y qué gusto leer sin encender una lámpara,
mientras el sol te calienta la espalda. Qué insondable el Japón que nos pinta Tanizaki.
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